Baratxueta

Cumbre situada en el interior del triángulo formado por Egozcue, Iragui y Usechi, de 1.149 m de altitud. Es una cima modesta pero interesante para una excursión mañanera. Salimos des la Skola, alas 9:30 siendo 14 txikis y 14 adultos, compartiendo vehículos. El punto de salía es Usetxi, pueblo dirección Zubiri.
Desde el aparcamiento nos adentramos en el pueblo llegando hasta un aska y una pista denominada camino de Etsain y donde se inicia el itinerario que circula por G.R. 322 por el que continuamos por la pista y tomando el camino dirección (NW) seguir por senda hacia el cordal de Armailazokoa que nos adentra por el bosque de robles y bojes hasta llegar a la zona del dolmen de Armaia continuando hacia la cumbre del Baratxueta, buzón, panorámica de los montes cercanos y del pirineo Navarro y Aragonés.
Descanso, fotos, comentarios de la panorámica, y vuelta por el mismo camino-senda hasta enlazar nuevamente con la pista de Karros y dirigiéndonos directamente por la pista-camino hacia Usetxi obviando la ruta SL.NA 42 que realiza una pequeña circular y optamos descender directamente.
Un precioso día  en los valles ,despejado y un tanto ventoso en la cima , habiendo cumplido nuestro objetivo un día más de senderismo-montañismo.
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Unzue peña

Unzue peña (abenduko irteera) 
 
Hasta el siglo XIX, este paso natural que se abre entre las sierras del Perdón y de Alaiz estaba rodeado por un bosque de encinas que frenaba los fuertes vientos del norte. Pero durante las guerras carlistas se «rasuraron las encinas» y estas laderas quedaron peladas o reducidas en gran parte a lo que son hoy: una leve mancha de carrascas. De aquí le viene el nombre a este singular portillo donde sopla el viento a veces como si fuera un huracán. El paseo de hoy lo hemos realizado desde la localidad de Unzué, natural de la familia Aso-Aranguren, que nos guiaba en la ascensión. Pese al frío el sol brillaba con fuerza y eso hizo que disfrutásemos mucho de la ascensión. En la parte final de la peña nos tocó la parte más divertida de la excursión, donde tuvimos que trepar entre piedras. Una vez coronamos la cima, disfrutamos de un buen almuerzo y de unas vistas estupendas de los Pirineos nevados. Antes de bajar hicimos la tradicional foto de recuerdo y volvimos a bajar por el mismo sendero.
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